Andalucía se mueve con Europa

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Semana Santa de Ayamonte

La Semana Santa de Ayamonte es el acontecimiento cumbre en la vida de esta ciudad. En 1999 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y ha sido catalogada como una de las más singulares de España, ya que es la única en la que procesionan dos Cristos Yacentes la noche del Viernes Santo. Se trata de una fiesta religiosa de gran arraigo debido a que sus orígenes se remontan al siglo XVI, cuando la duquesa de Bejer, Dª Teresa de Zuñiga, funda la Hermandad del Santo Entierro, Soledad y Vera Cruz.

La Semana Santa ayamontina cuenta con numerosas hermandades y cofradías que procesionan todos los días de la Semana Mayor, llenando las calles de la ciudad al paso de las imágenes, con el perfume del incienso, de color, pasión y fervor cofrade, al ritmo del las marchas de las bandas de tambores y trompetas. Veintitrés “pasos” que representan la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección. Desde el punto vista patrimonial, nos encontramos bordados, orfebrería y tallas de  gran valor, realizadas por renombrados artistas, entre otros los ayamontinos Antonio León Ortega y  José Vázquez Sánchez;  y otros tantos de gran prestigio como Antonio Castillo Lastrucci y José Planes Peñalver, cuya imagen de San Juan del Descendimiento de Cruz consiguió la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Paso de 'Padre Jesús' de Ayamonte.

Paso de ‘Padre Jesús’ de Ayamonte.

EL jueves por la «madrugá» cuenta con la procesión de mayor fervor entre sus vecinos y visitantes foráneos llegados de toda la geografía española, «Nuestro Padre Jesús de la Villa » y «María Santísima del Socorro», en la que sus cargadores ataviados con su túnica y corona de espinas, desde lo alto del Barrio de la Villa, recorren, desde la madrugada hasta al amanecer, en silencio al ritmo de las «horquetas» y saetas, las calles del municipio ayamontino.

Nuestra Semana Santa es referencia de expresión religiosa y cultural de Andalucía. Ven y descúbrela.


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Molinos de color Tinto

El río Tinto es una de las señas de identidad de la provincia Huelva. Y es que este río y todos sus arroyos discurren casi en su totalidad por nuestra provincia: desde su nacimiento en la sierra Padre Caro (en Nerva) hasta cien kilómetros más al sur, en la ría de Huelva, donde se funde con el Odiel.  El paisaje protegido que ha originado este río es único en el mundo, tanto por su belleza cromática como por sus excepcionales condiciones ambientales e históricas. Un día (en esta entrada) ya te hablamos de los espectaculares colores y paisajes que regala este marciano río, pero hoy nos vamos a centrar en unas construcciones que se encuentran dispersas a lo largo del cauce del Tinto: los molinos.

Y es que si paseamos a orillas del Tinto, aún podremos apreciar unos molinos ya abandonados que en su día sirvieron para moler el trigo sembrado en los alrededores. Estos molinos están construidos de piedra y se encuentran normalmente junto a pequeños diques. No están escondidos, son perfectamente visibles si recorres a pie o en bici las distintas rutas de senderismo y BTT disponibles en la comarca del Condado.

Los molinos del Tinto pueden verse desde las rutas de senderismo y BTT, habilitadas en la comarca del Condado.

Los molinos del Tinto pueden verse desde las rutas de senderismo y BTT habilitadas en la comarca del Condado.

Es en esta comarca onubense, el Condado, donde se concentran la mayoría de estos molinos harineros. En el término municipal de Paterna del Campo, por ejemplo, podemos encontrar el molino del Cascajal. Hasta siete molinos más podemos encontrar en Niebla: el de Angorrilla, el de la Higuera, el de San Martín, el de la Loza, el del Puente, el del Cuervo y el más conocido: el de la Puerta del Buey, que regala al visitante la oportunidad de tomar instantáneas como estas con la muralla árabe de Niebla al fondo.

Molino de la Puerta del Buey, Niebla.

Molino de la Puerta del Buey, Niebla.

Pero, sin duda, los más reconocidos son los molinos de la localidad de Villarrasa. Allí encontramos hasta cinco molinos que son conocidos por la población con los nombres de La Vadera, de Juan Muñoz, de la Torre, de Centeno y de Gadea. Estos molinos son tan llamativos porque la piedra de la que están hechos se tiñe del color de las aguas del río: se tiñe de rojo. Una estampa, por tanto, que hace de esta zona un lugar sumamente característico y, como no, muy fotografiado.

Molinos de Villarrasa.

Molinos de Villarrasa.

Ahora que ya conoces la existencia de este tipo de arquitectura rural, prepara tu ruta por el Condado de Huelva y descubre estos molinos color Tinto.


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Conjuntos históricos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (II)

En una entrada anterior hablábamos del entramado urbano de los pueblos de la Sierra pero la Sierra de Aracena y Picos de Aroche es una comarca que cuenta con veintinueve municipios de los que catorce tienen declarados sus Conjuntos Históricos como Bien de Interés Cultural.

En esta entrada os hablaremos de los elementos que destacan de los pueblos que tienen sus conjuntos históricos declarados BIC. Estos pueblos son:

  • Alájar: el Conjunto Histórico de esta población no se entendería sin la Peña de Arias Montano y el valor paisajístico de su enclave, los elementos monumentales son la iglesia de San Marcos y la ermita de la Reina de Los Ángeles.
  • Almonaster la Real: Dentro de su caserío destacan varias casas señoriales, la portada Manuelina de la iglesia y el legado musulmán, destacando la mezquita del siglo X.
  • Aracena: posiblemente el pueblo más monumental de la Sierra, destacamos sus iglesias, castillo, la Gruta de las Maravillas y los edificios modernista del arquitecto regionalista Aníbal González.
  • Aroche: destaca la adaptación de su caserío a la orografía del terreno, sus casas señoriales, el castillo almohade, la iglesia, la Cilla (sede de la exposición permanente de arqueología y del museo del Santo Rosario) y sus puentes.
Vista aérea de Aroche.

Vista aérea de Aroche.

  • Castaño del Robledo: de esta localidad debemos reseñar la homogeneidad de su caserío y la importancia de las solanas en sus viviendas, roto por sus dos iglesias, una de ellas inacabada.
  • Corteconcepción: esta localidad la conforman dos núcleos urbanos, La Corte y Puerto Gil, ninguno ha podido absorber al otro lo que otorga al pueblo un carácter diferente. Los elementos que destacan son la iglesia en la Corte y la ermita de San Juan en el Puerto.
  • Cortelazor la Real: observamos la homogeneidad de su caserío en el que destacan los elementos monumentales de la iglesia y del Olmo, situado en la plaza a la que le da nombre.
  • Fuenteheridos: de esta localidad también debemos reseñar la homogeneidad de su caserío y la importancia de las solanas en sus viviendas. Dentro de la población sobresale la esbelta iglesia, la plaza del Coso y la fuente de los Doce Caños.
  • Galaroza: sobresale del caserío la iglesia y la ermita de Santa Brígida. Un elemento distintivo en este municipio es el agua, marcando la importancia de fuentes y acequias y extendiéndose por el ruedo del municipio.
Vista de Galaroza.

Galaroza.

  • Higuera de la Sierra: los edificios más interesantes son la Ermita de San Sebastián (de estilo barroco), su plaza de toros del siglo XVI y la Ermita de la Virgen del Prado.
  • Linares de la Sierra: de las calles de su casco urbano destacan los “llanos”, empedrados artísticos a la entrada de las casas. Los elementos patrimoniales más importantes son una fuente con lavadero y la Iglesia de San Juan Bautista del siglo XVIII.
  • Los Marines: pueblo típico serrano del que destaca la iglesia y su lavadero.
  • Valdelarco: en su pequeño casco urbano el edificio más sobresaliente es la iglesia parroquial, fechada en el siglo XVIII y de estilo neoclásico.
  • Zufre: el entramado de su casco urbano y los restos de su muralla almohade definen su origen musulmán. Su iglesia y cabildo marcan la importancia del municipio en la Edad Moderna. Otro elemento a destacar de esta localidad es el Paseo de los Alcaldes, que ofrece a sus visitantes unas impresionantes vistas.

El estado de conservación de estos pueblos es lo que ha posibilitado que fueran declarados BIC. Se trata de la necesidad de preservar poblaciones auténticas y genuinas de de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Así que ya sabes, la próxima vez que vengas detente un minuto a escudriñar sus calles, te sorprenderán.


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San Silvestre de Guzmán, el valor de la tranquilidad

San Silvestre de Guzmán es un municipio que encontrarás cerca de la Costa de Huelva pero perteneciente geográficamente a la comarca andevaleña. Se trata de un pequeño pueblecito cuya tipología urbana permanece prácticamente inalterada tras el paso de los años, de manera que simplemente pasear por sus blancas calles de paredes encaladas ya supone una acertada alternativa de relax.

Iglesia de San Silvestre de Guzmán. Autor: @jamacarro.

Iglesia de San Silvestre de Guzmán. Autor: @jamacarro.

San Silvestre de Guzmán se articula en torno a la Iglesia Parroquial (s. XVI- XVII), formalmente gótica, con un esbelto campanario; y a la plaza de España, cuyo trazo sigue el modelo típico de plaza del siglo XVIII, cerrada en sí misma y con los accesos por las esquinas. Además, su encanto se engrandece con sus gruesos muros de argamasa y pizarra, sus tejas árabes y la arquitectura tradicional. Sin embargo, es el paisaje agrícola precisamente el que dota de una importante personalidad a este municipio, un paisaje que envuelve al pueblo, que entremezcla su color verde con el blanco de las casas simulando en su conjunto un cuadro que invita a pararse, respirar con conciencia y dedicarse un tiempo a sí mism@.

Paisaje del entorno de San Silvestre de Guzmán.

Paisaje del entorno de San Silvestre de Guzmán.

Desde un punto de vista cultural, etnológico y paisajístico, San Silvestre reúne elementos como su Molino de Vilán, que pertenece a un conjunto de cuatro molinos del siglo XVIII. Dos de ellos se encuentran totalmente rehabilitados y pueden ser visitados, uno como museo y otro como centro de interpretación. En un paseo sansilvestrero podemos descubrir pozos y balsas de uso ganadero, eras para trabajar en el campo, cercados de piedra… una auténtica seña de identidad de este municipio que, además, puede presumir por ser bañado con aguas del río Guadiana y disponer de importantes superficies de dehesas y pastizales, constituyendo así un espacio destacado para las actividades cinegéticas.

Molino del Tillán. Autor: @jamacarro.

Molino del Vilán. Autor: @jamacarro.

Definitivamente, San Silvestre de Guzmán es una suma de cualidades y en todas ellas tiene un importante valor el remanso de tranquilidad al que te llevan.


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Conjuntos históricos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (I)

La Sierra es un Conjunto Histórico por sí mismo. Al visitar las localidades serranas disfrutaremos de sus casas, sus plazas, sus iglesias, sus castillos, sus calles, sus puentes y todo su entorno natural. La fisionomía de las poblaciones de la Sierra tiene un carácter propio que las hace claramente definibles. La agrupación de los diferentes bienes inmuebles que forman estas localidades, condicionados por la orografía y por la evolución de sus poblaciones, son testimonios de su cultura y constituyen un valor de uso y disfrute para su población.

Cortegana. Autor: Julián López Pastor.

Cortegana. Autor: Julián López Pastor.

Las características de los pueblos serranos en términos generales son:

La adaptación a la orografía del terreno. Pequeñas montañas y valles definirán el entramado urbano. Calles que se adaptan a las curvas de desnivel y que otorgan a los pueblos un carácter continuista con respecto a la naturaleza que les rodea.

El caserío se define por parcelas con viviendas de poca altura pero con soberado, con fachadas blancas de cal y tejados a dos o tres aguas, cubiertos por tejas árabes, con pequeños vanos. Dentro de estas parcelas también son importantes las zonas no destinadas a viviendas como los patios o corrales.

Calles de Hinojales.

Calles de Hinojales.

Este caserío suele estar salpicado por algunos elementos monumentales, con alguna vivienda señorial y sobre los que suelen destacar la iglesia y el castillo, en caso de que lo tengan. Referente a los espacios públicos destacan sus calles empedradas, los lavaderos y fuentes y sus plazas.

Otro elemento importantísimo de los pueblos de la Sierra es el ruedo o contorno del municipio. Se trata de pequeñas propiedades que en épocas pasadas surtían de alimentos a la localidad, por ello es normal que sean huertas, huertos de frutales, olivares… En definitiva, elementos que aseguraban la vida en las poblaciones.

Estas características las podemos ver en los veintinueve pueblos de la comarca, excepto en Rosal de la Frontera que, al ser el pueblo más joven de la comarca, su trama urbana responde a una población de tipo reticular, propia del momento en el que se fundó. El resto de municipios serranos tienen su origen en la Edad Media, bien en periodo de dominación musulmana (casos de Aroche o Zufre) o de periodo de dominación cristiana, que son la mayoría.

Vista urbana de Aroche en la que destaca su fortaleza. Autor: Diego Ríos.

Vista urbana de Aroche en la que destaca su fortaleza. Autor: Diego Ríos.

También será importante en la evolución de los conjuntos históricos el desarrollo socio-económico de las poblaciones: más agrícola, como Hinojales; o más industrial, como sucede en Jabugo o en Cumbres Mayores.

Te invitamos a visitar los pueblos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche e intentes comprender su devenir a lo largo de los tiempos, simplemente disfrutando de sus Conjuntos Históricos. Ven a la Sierra, te esperamos.


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Alosno, cuna del fandango

Alosno es sinónimo de tradiciones, folclore y arte, mucho arte. Enclavado en el corazón de la comarca de El Andévalo, destaca por su devoción y respeto a sus ancestrales costumbres: cruces de mayo, procesión de San Juan Bautista, la danza de Los Cascabeleros, Luminarias, romería de San Antonio, etc. Y entre tantas y tan buenas, el fandango, cante de rasgos autóctonos, árabes, bizantinos y hebreos a los que se añade un matiz flamenco marcado por un fuerte sentimiento de un pueblo y que hoy en día es considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

«El fandango es mi alegría,

es el cante que más quiero.

Se alegran las penas mías,

con un fandango alosnero»

Pero Alosno es mucho más. Es patrimonio, gastronomía, cultura, aguardiente, campos, cabezos, senderos, buena gente y chacina. Su Iglesia de Nuestra Señora de Gracia destaca entre la arquitectura del pueblo, sus tres naves se dejan ver desde lejos, otorgando una impresionante majestuosidad al lugar. Además, Alosno alberga la primera ermita extramuros construida en la provincia: la del Señor de la Columna.

Vista del municipio andevaleño de Alonso.

Vista del municipio andevaleño de Alosno. Autor: Ramón Granuja.

Y ¿cómo no? la Calle Real de Alosno, motivo de cante y protagonista del folclore popular. Calle con esquinas de acero y azulejos con estrofas de fandango que es todo un emblema de la localidad. El entorno de Alosno, como todo El Andévalo, goza de unos parajes que tienen pendiente una importante tarea: ser descubiertos. Así, el Cabezo Juré, el mirador excepcional, situado a dos kilómetros del pueblo, nos dará buena vista de sus extensas dehesas, sus arroyos turquesas y sus campos de jara.

Inmediaciones del cabezo del Juré.

Inmediaciones del cabezo Juré. Autor: Ramón Granuja.

En Alosno hay mucho por descubrir, no dejes que te lo cuenten.


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Turóbriga, el único yacimiento arqueológico romano visitable de Huelva

En Aroche encontramos el yacimiento arqueológico romano de Turóbriga, una ciudad del siglo I d.C. que se ubica en la zona conocida como los Llanos de la Belleza. Además de esta ciudad romana, también podrás disfrutar de la ermita de San Pedro de la Zarza, más conocida como ermita de San Mamés, por ser allí donde se celebra, cada mes de mayo, una romería dedicada a este santo. Su nombre hace honor a su belleza, ya que se trata de un valle realmente hermoso entre el curso del río Chanza y Los Picos de Aroche al norte y el municipio de Aroche al sur. Resulta fácil entender que se quiera vivir aquí.

Quizás eso pensaron los fundadores de la ciudad romana de Turóbriga, único yacimiento arqueológico romano visitable de toda la provincia onubense e imprescindible para entender la romanización de estas sierras. Adentrándonos en la historia, la fundación de esta ciudad data de mediados del siglo I, siendo el emperador Nerón, y responde al interés por controlar un espacio fronterizo convulso, debido a su participación en las rebeliones Lusitanas y en la guerra de insumisión sertorianas, al que se desplazaron ciudadanos latinos para conseguir una rápida romanización y así proteger la zona de la Cuenca Minera.

Excavaciones de  una casa de Turóbriga.

Excavaciones de una casa de Turóbriga.

En el siglo III, la ciudad se abandona definitivamente, sirviendo de cantera de materiales para todas las construcciones cercanas. Las dimensiones de Turóbriga pueden alcanzar las 10-12 hectáreas, donde destacan el foro o plaza pública, las termas, parte de una vivienda “la casa de la Columna” y el Campus. Dentro del foro se conservan restos del templo, la curia o el espacio porticado de la plaza. En las termas o baños de la ciudad se han documentado cuatro piscinas, canalizaciones de desagüe y salas anexas a los baños.

Por su parte, la ermita de San Pedro de la Zarza es de una época bastante posterior. Abandonada la ciudad romana, otros pueblos pasaron a dominar este valle: visigodos, musulmanes, portugueses y hasta llegar a los castellanos, a finales del siglo XIII. En esta época se construye sobre la antigua basílica romana una ermita de las denominadas de repoblación. Es de planta basilical con tres naves separadas por arcos apuntados enmarcados sobre alfiz y presbiterio con bóveda nervada gótica, todo ello de gran valor artístico, en la que destacan los frescos del siglo XIV-XV.

Foro de Turóbriga  y ermita de San Pedro de la Zarza.

Foro de Turóbriga y ermita de San Pedro de la Zarza.

Tras la última parada en la ermita, se termina la visita del yacimiento arqueológico situado en los Llanos de la Belleza pero podrá ir a la Exposición Municipal Arqueológica de La Cilla, en el municipio de Aroche, y profundizar en los conocimientos de la historia del lugar. La Sierra es naturaleza y mucho más.


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Hinojos, población marismeña de Doñana

Hinojos es una población de la comarca del Condado que se encuentra en pleno Parque Nacional de Doñana. Sus cerca de 4.000 habitantes tienen la suerte de vivir en una de las mayores Reservas Naturales de Europa. Se trata de una población marismeña que se encuentra rodeada de pinos y que ofrece en cada una de sus calles el conocido sabor de los pueblos blancos de Andalucía.

Barrio del Cerrillo. Hinojos.

Barrio del Cerrillo. Hinojos.

Si paseamos por el municipio, destaca el barrio de El Cerrillo, que contiene todos los elementos de las construcciones típicas andaluzas, es decir, patios interiores, fuentes, macetas de flores que colorean las blancas paredes… Si seguimos nuestro paseo por sus callejuelas, Hinojos nos lleva hasta su más notable edificio: la Iglesia Parroquial de Santiago el Mayor. Se trata de una construcción amurallada gótico mudéjar en la que destaca una interesante puerta ojival, su inmensidad y su hermosa factura. Pero no podemos olvidar el rico patrimonio artístico que contiene en su interior, como una  talla barroca de Martínez Montañés.

Iglesia Santiago el Mayor.

Iglesia Santiago el Mayor.

Pero la belleza de Hinojos no sólo se encuentra en el interior de la localidad sino en todo su término municipal ya que a él pertenece la mayor parte de las marismas de Doñana, por lo que puede presumir de ser un municipio con una gran riqueza medioambiental. Y es que las marismas de Hinojos es uno de los enclaves más importantes de Europa. Por aquí pasan cada año cientos de miles de aves migratorias durante su peregrinación del continente africano al europeo y viceversa. Por ejemplo, en invierno podemos encontrar ánsares o grullas que vienen del norte de Europa y en primavera es fácil ver moritos, garzas imperiales o limícolas procedentes de África.

Otros importantes lugares del Parque Nacional de Doñana también se están situados en el término municipal de Hinojos, como la Cañada Mayor o el Coto del Rey, donde habita la población de lince ibérico más importante del oeste de Andalucía. Además, encontramos otros parajes bien conocidos por la romería del Rocío como la Raya Real, el Palacio del Rey o el Puente del Ajolí, por el que muchas hermandades llegan hasta la aldea.

Marismas del Parque Nacional de Doñana en el término de Hinojos.

Marismas del Parque Nacional de Doñana en el término de Hinojos.

Y es que Hinojos es bonita por dentro y por fuera. Ven a visitarla y disfruta de la belleza de los pueblos blancos de Andalucía y de una inigualable riqueza medioambiental al mismo tiempo.


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El castañar de la Sierra, un lugar para la magia

Todos los ecosistemas que existen en la Sierra tienen mucho encanto y magnetismo pero existe uno que resulta especialmente atrayente. Este lugar es el castañar de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

Desde la infancia, a las personas nos gusta caminar por entre los castaños, sentir como nos hundimos en su tierra marrón, sus olores, sus colores, la rugosidad de los troncos de los castaños, el erizo que guarda con celo el aterciopelado fruto. Pero lo que más gusta y queda en la mente es ver pasar las estaciones del año. En la Sierra de Aracena y Picos de Aroche en cada estación el castañar muestra una forma diferente.

Ya de mayores, seguimos paseando por los castañares y continúa sorprendiendo a los caminantes. Da lo mismo que se pase todos los días por el mismo sitio, aunque se cruce la Sierra diariamente de este a oeste, cada día el castañar se muestra distinto, notando el paso de la estación en este bosque alóctono.

Castañar de Castaño del Robledo.

Castañar de Castaño del Robledo.

Y es que, aunque parezca que este bosque ha estado aquí desde siempre, no es así. El castañar es un bosque que se cultivó por primera vez por los repobladores castellanos leoneses a finales del siglo XIII. Al parecer, los primitivos castaños que se sembraron en estas montañas son de la comarca de El Bierzo.

La visita al castañar serrano es casi una visita obligada. En primavera verás el renacer de las hojas lentamente; en verano se puede disfrutar del verdor de las hojas y de las flores del castaño en un ambiente fresco y muy aromático; el otoño es la estación de la caída de la hoja y del fruto y se pueden disfrutar de los colores más maravillosos y sorprendentes; y en invierno el castañar se viste de misterio, permanece desnudo de hojas y su tronco y ramas parecen desafiarnos a adentrarnos en él, se convierte en el escenario perfecto de cuentos y leyendas.

Castañar de Castaño del Robledo.

Castañar de Castaño del Robledo.

El castañar encierra mucha magia y encanto a la mano, o mejor dicho, a los pies de cualquiera que se quiera adentrar entre los senderos que lo recorren. Aprovecha ahora, quizás puedas ver el castañar de invierno y el de primavera a la vez.


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Santa Bárbara de Casa: el Andévalo de colores

Si hay algo que defina a Santa Bárbara de Casa, un pequeño municipio de la comarca andevaleña, es su personalidad, configurada por una típica arquitectura popular y tradicional de casas encaladas y calles empedradas. Toma su nombre del arroyo de Casa y destaca como lugar de encuentro entre la Sierra de Aracena y  el Andévalo Occidental.

Santa Bárbara de Casa permite varias opciones a la hora de ser visitada. Así, si nos interesa su patrimonio cultural podemos adentrarnos en culturas prehistóricas siguiendo el camino de Paymogo, donde encontramos el Dolmen la Zarcita, evidencia de poblamientos megalíticos excavados a mediados de los años cincuenta, que testificaron la existencia de sepulcros y una gran cantidad de cerámica con formas diversas, entre las que destaca un vaso en forma de ave y otro rectangular con pies. Pero si lo que nos gusta es disfrutar del paisaje, es inexcusable subir hasta la Ermita de Santa Bárbara, estratégico emplazamiento desde el que se aprecian unas espectaculares vistas, tanto del propio municipio como de los pueblos vecinos.

Tholos del yacimiento arqueológico la Zarcita. Santa Bárbara de Casa.

Tholos del yacimiento arqueológico la Zarcita. Santa Bárbara de Casa.

Sin embargo, hay dos cuestiones que no podemos dejar pasar si visitamos Santa Bárbara de Casa: conocer sus Molinos y degustar su exquisita gastronomía, tan representativa de la más selecta cocina andevaleña.

Molino de viento de Santa Bárbara de Casa.

Molino de viento de Santa Bárbara de Casa.

La ruta de los Molinos refleja un tiempo en el que cada pueblo molía su grano utilizando la fuerza del viento contra una estructura en aspa de madera y tela o la energía de la corriente del agua cuando se situaban sobre cauces ribereños.  En Santa Bárbara son señas de identidad  que, más allá de su significativo valor etnológico, son una excusa perfecta para realizar una ruta por sus senderos habilitados.

Después del paseo por los parajes santabarberos, no hay mejor plan que pararse a comer unas poleás, un potaje de gurumelos o unas buenas migas. Y precisamente durante los días 27, 28 de febrero y 1 de marzo de 2015 se celebra la XI Feria de Muestras, donde la gastronomía local tiene un papel relevante.

¡No te lo pierdas y tómate un fin de semana diferente en Santa Bárbara de Casa!

Cartel feria muestras Santa Bárbara de Casa.


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