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Las 12 grandes iglesias del Condado de Huelva

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Acompáñanos a dar un paseo por el Condado de Huelva para descubrir doce edificios religiosos en doce municipios que pueden presumir de tener unas imponentes iglesias.

12. Iglesia del Divino Salvador, Escacena del Campo.

Iglesia Parroquial del Divino Salvador.

Iglesia Parroquial del Divino Salvador, Escacena del Campo.

Se trata de un bello templo parroquial de estilo barroco, fechable en torno a los siglos XVI y XVIII. Está formado por tres naves, crucero y capilla mayor. En ella apreciarás preciosos arcos ojivales doblados, una bóveda de cañón sobre la nave central y un torreón mudéjar que compone el núcleo central del crucero.  Además, en una antigua portada mudéjar del edificio se construyó una impresionante torre fachada.

11. Iglesia de San Vicente Mártir, Villarrasa.

Iglesia de San Vicente Mártir.

Iglesia de San Vicente Mártir, Villarrasa.

La Parroquia de Villarrasa es el centro de la vida religiosa de este pueblo. Originalmente fue una iglesia mudéjar y barroca pero fue reconstruida tras la guerra civil. La actual construcción fue reabierta al culto en 1954 y se puede enmarcar dentro del estilo neomudéjar. Presenta planta de tres naves, con cubierta a dos aguas y presbiterio rematado por cúpula. Una alta torre se alza a sus pies. La decoración, tanto barroca como mudéjar, recorre todos los muros del templo que destacan por la blancura de sus paredes. La puerta de los pies es mudéjar y permanece cegada, el acceso principal se realiza por una de las puertas laterales.

10. Iglesia de San Bartolomé, Paterna del Campo.

Iglesia de San Bartolomé.

Iglesia de San Bartolomé, Paterna del Campo.

Construida sobre la antigua mezquita, en ella destaca especialmente la llamada Puerta del Perdón, cuyos ladrillos vistos delatan su innegable factura mudéjar. Dicha puerta se encuentra insertada en la base de la torre campanario y presume de arcos apuntados con cuatro arquivoltas. El terremoto de 1755 destruyó parcialmente la iglesia, produciéndose su reconstrucción un año después. De esta reconstrucción data el aspecto barroco actual de la parte superior y del cuerpo de campanas. En 1934 volvió a ser destruida por un incendio pero volvió a ser reconstruida nuevamente y conserva su forma hasta nuestros días.

9. Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Almonte.

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Almonte.

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Almonte.

El templo original se construyó entre los siglos XV y XVI, etapa de la que conserva una capilla de estilo mudéjar. Fue remodelado entre los siglos XVII y XVIII, lo que le aporta la actual imagen barroca de la que destaca la fachada del autor Antonio Matías de Figueroa. Cuenta con planta basilical de tres naves separadas por arcos apuntados que soportan techumbre de madera a dos aguas. Tras el terremoto de Lisboa de 1755, se le añadió el crucero y la capilla mayor. La capilla bautismal gótico-mudéjar conserva una lápida sepulcral paleo-cristiana del 495 y una pila bautismal de 1500.

8. Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción, Bonares.

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Bonares.

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Bonares.

Este edificio tiene planta basilical de tres naves. La nave central es más alargada con dos bóvedas, una con linterna decorada con frescos y la otra de herradura en la sacristía. Posee una cubierta de madera a dos aguas con artesonado de estilo mudéjar. Cuenta con retablos barrocos y frescos en sus muros. La puerta principal presenta la estructura de arco de medio punto con frontón al más puro estilo clásico.

7. Iglesia Parroquial Santa María de la Purificación, Manzanilla.

Iglesia de la Purificación, Manzanilla.

Iglesia de la Purificación, Manzanilla.

La Iglesia Parroquial de Santa María de la Purificación, por su contundencia volumétrica y su emplazamiento en un sector elevado de la localidad, se convierte en el hito arquitectónico más representativo. Se trata de un destacable ejemplar de iglesia sevillana en el que confluyen los estilos mudéjar y barroco, siguiendo un modo de proceder muy característico de la práctica constructiva del siglo XVIII en la zona. Erigida según las consignas mudéjares en su primitiva edificación, que parece corresponder al siglo XV, más tarde sería prácticamente rehecha tras los daños ocasionados por el terremoto de 1755, plegándose a las directrices barrocas vigentes en la segunda mitad del setecientos. La mano de Antonio Matías de Figueroa le otorga el peculiar estilo barroco triunfal con una destacada primacía de la línea rococó. Destaca finalmente la torre (1760-1779), uno de los ejemplares más bellos de la provincia con origen en la Giralda sevillana.

6. Iglesia Nuestra Señora de la Estrella, Chucena.

Iglesia Nuestra Señora de la Estrella, Chucena.

Iglesia Nuestra Señora de la Estrella, Chucena.

Esta bella iglesia es de estilo renacentista y podríamos datarla en torno al último tercio del siglo XVIII. El templo cuenta con una planta de cruz latina que consta de una sola nave, crucero apenas iniciado y capilla mayor. La nave está cubierta a tres aguas con tejas curvas. Sobre el perfil de la fachada principal se alza una mansarda coronada por frontón triangular decorado por cinco jarros de cerámica blanca. La portada es muy sencilla pero destaca por su arco de medio punto y por el escudo del cabildo catedral de Sevilla, como patrono del templo. La torre, según moda imperante en la Baja Andalucía durante el setecientos, se inspira en el prototipo de la Giralda. Su base es simple pero el campanario se compone por dos cuerpos estilísticamente iguales y decrecientes. En el interior de la Iglesia destaca el impresionante Retablo Barroco, de 10’50 metros de altura por 8’40 de ancho, uno de los más majestuosos del Condado.

5. Iglesia de San Bartolomé, Rociana del Condado.

Iglesia de San Bartolomé, Rociana del Condado.

Iglesia de San Bartolomé, Rociana del Condado.

Es el monumento arquitectónico principal de la localidad y sustituye a la anterior parroquia mudéjar, perdida tras la guerra civil. Su estilo es neobarroco y tiene su origen a mediados del siglo XX, más concretamente en torno a los años 1936-1958. La nueva iglesia es de proporciones mucho mayores que la anterior y su ejecución fue llevada a cabo por el arquitecto Pérez Carasa, una de las revelaciones en la arquitectura onubense del segundo tercio del siglo XX. Pérez Carasa eligió como material de factura y decorativo el ladrillo y diseñó una planta basilical de tres naves. A los pies del edificio nos sorprende una espectacular torre.

4. Iglesia Parroquial de Santiago el Mayor, Hinojos.

Iglesia de Santiago el Mayor, Hinojos.

Iglesia de Santiago el Mayor, Hinojos.

Entre los edificios más notables de Hinojos se encuentra la Iglesia Parroquial de Santiago el Mayor, destacable por su hermosa factura pero también por el rico patrimonio artístico que contiene. No en vano, esta iglesia está declarada como Bien de Interés Cultural. Y es que se trata de un interesantísimo ejemplo de arquitectura del gótico-mudéjar sevillano del siglo XV. Es una muestra clara de cómo debieron ser las iglesias mudéjares anteriores al terremoto de Lisboa en 1755 y anterior, por tanto, a la proliferación de las torres campanario. Presenta planta de tres naves a dos aguas, cubierta con armadura mudéjar. La portada principal es ojival, con un arco apuntado y abocinado, compuesta por la última arquivolta en punta de diamante realizada en piedra y el resto en ladrillos bícromos.

3. Iglesia de Santa María de la Granada, Niebla.

Iglesia Santa María de la Granada, Niebla.

Iglesia Santa María de la Granada, Niebla.

Este edificio es una superposición de edificios religiosos de distintas épocas, principalmente, una mezquita árabe y una iglesia gótico-mudéjar. Del edificio islámico se conservan muchos elementos originales de finales del siglo X o el siglo XI. En época musulmana era considerada mezquita mayor. Pero a comienzos del siglo XVI, buena parte de la mezquita cristianizada se derribó y se eliminaron las arquerías musulmanas para erigir en su lugar tres naves mudéjares, cubiertas de artesonado, y un hermoso presbiterio gótico de complejas bóvedas ojivales estrelladas. Aunque menos visible, el legado visigodo también está presente en la Iglesia de Santa María de la Granada, ya que ésta llegó a ser sede episcopal de la antigua Elepla. Así lo atestiguan la tabla ornamental visigoda y la silla episcopal de piedra que se conservan en este recinto. Por último, hay que señalar que la Iglesia posee columnas romanas, ya que en su origen fue templo romano. Es Monumento Nacional por Decreto del 3 de mayo de 1931.

2. Iglesia de San Bartolomé, Villalba del Alcor.

Iglesia de San Bartolomé, Villalba del Alcor.

Iglesia de San Bartolomé, Villalba del Alcor.

La Iglesia de San Bartolomé constituye el edificio más emblemático y singular de esta localidad onubense. Situado en lo más alto de Villalba, ocupa su centro histórico. Su planta es un gran rectángulo flanqueado por cuatro torreones en las esquinas, que se divide en dos zonas a modo de «eles» junto a un patio central, que ha sido castillo e iglesia. En principio fue un ribat almohade, construido para la defensa de la zona, que albergaba una mezquita situada en una de las naves en la que aún se aprecia el nicho del mihrab. La nave este, de estilo mudéjar, se adapta al conjunto y crea una imagen homogénea y armoniosa. Y es que este edificio aglutina varios estilos, por lo que la datación de este monumento abarca desde el siglo XII hasta la actualidad. Sus masas arquitectónicas son prismas yuxtapuestos, en los que el predominio del ladrillo es absoluto. Sobresalen dos torres de planta cuadrada que le proporcionan una imagen militar al conjunto y otra torre, llamada Torre Llana, que compone el presbiterio de la Iglesia y que destaca por su amplia bóveda. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico y actualmente está catalogado como Bien de Interés Cultural.

1. Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Granada, Moguer.

Iglesia Nuestra Señora de la Granada, Moguer.

Iglesia Nuestra Señora de la Granada, Moguer.

Este edificio fue construido en la transición del Barroco al Neoclásico, entre 1776 y 1783. Es austero en su planta y alzado pero presenta un impresionante aspecto catedralicio de una extraordinaria grandiosidad en su interior. Consta de cinco naves y destaca el elemento iconográfico del fruto de la granada que le da nombre. De la vieja parroquia solo se conservó la torre. La primitiva torre mudéjar se embelleció con elementos propios de la época pero como, ya diría el nobel moguereño Juan Ramón Jiménez, “la torre de Moguer de cerca, parece una Giralda vista de lejos”, en su relación al parecido con la Giralda sevillana.


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Un acueducto desde Tejada hasta Itálica

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La comarca del Condado de Huelva puede presumir de tener una rica y dilatada Historia. Lo vemos en monumentos como el acueducto de Paterna del Campo, que canalizaba el agua desde la aldea de Tejada -situada entre las actuales Paterna y Escacena del Campo- hasta la antigua ciudad de Itálica. Estos últimos días, este antiquísimo y valiosísimo canal romano ha saltado a la agenda informativa gracias a esta simpática noticia de la que nos hacemos eco. Evidentemente, no ha sido este chico quien ha destapado por primera vez este ramal del acueducto, pero seguro que se divirtió de lo lindo descubriendo nuestro rico patrimonio material. Tú también puedes sentirte como este niño y convertirte en un descubridor en nuestra tierra.

El acueducto de Paterna del Campo data del siglo I a.C. y hoy en día aún podemos admirar un tramo de esta canalización romana en el barrio de la ‘Colina Verde’ de este municipio condal.

Tramo del acueducto romano que puede visitarse en la localidad de Paterna del Campo.

Tramo del acueducto romano, visitable en la localidad de Paterna del Campo.

La única persona que ha recogido en unos relatos el recorrido completo del acueducto fue Fernando de Ceballos y Mier cuando el 31 de mayo de 1783 se desplazó hasta el Condado de Huelva para entender «cómo habían preferido las aguas de Tejada a las de la Sierra». Aquí descubrió que los emplazamientos arqueológicos de Tejada la Vieja y Tejada la Nueva y, por lo tanto, los modernos pueblos de Escacena del Campo, Paterna del Campo y Manzanilla se encuentran en un valle húmedo y fértil que contaba con numerosos manantiales. Es decir, se trataba de un valle de extrema vascularización hidráulica y privilegiado para todo tipo de cultivos. Esta potencia hidráulica en la zona del campo de Tejada fue lo que haría que surgieran los potentes asentamientos de Tejada la Vieja (s.VIII a.C.) y Tejada la Nueva (s. IV a.C.).

Aldea de Tejada la Nueva, en Paterna del Campo.

Restos del castillo de la aldea de Tejada la Nueva.

El conocido como ‘padre Ceballos’ cuenta que, desde Tejada hasta la muralla de Itálica, la construcción es igual en dimensiones, forma y materiales. Dice: «parece haberse hecho en un día de una misma mano». Pero sí que recoge que existió un tramo del acueducto que proseguía sobre arcos, en superficie, y otros tramos que discurrían de manera subterránea o a ras de suelo. Sin duda, esta excursión por el cauce del acueducto tuvo que ser increíblemente entretenida y, a la vez, productiva. ¿Te animas?


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Molinos de color Tinto

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El río Tinto es una de las señas de identidad de la provincia Huelva. Y es que este río y todos sus arroyos discurren casi en su totalidad por nuestra provincia: desde su nacimiento en la sierra Padre Caro (en Nerva) hasta cien kilómetros más al sur, en la ría de Huelva, donde se funde con el Odiel.  El paisaje protegido que ha originado este río es único en el mundo, tanto por su belleza cromática como por sus excepcionales condiciones ambientales e históricas. Un día (en esta entrada) ya te hablamos de los espectaculares colores y paisajes que regala este marciano río, pero hoy nos vamos a centrar en unas construcciones que se encuentran dispersas a lo largo del cauce del Tinto: los molinos.

Y es que si paseamos a orillas del Tinto, aún podremos apreciar unos molinos ya abandonados que en su día sirvieron para moler el trigo sembrado en los alrededores. Estos molinos están construidos de piedra y se encuentran normalmente junto a pequeños diques. No están escondidos, son perfectamente visibles si recorres a pie o en bici las distintas rutas de senderismo y BTT disponibles en la comarca del Condado.

Los molinos del Tinto pueden verse desde las rutas de senderismo y BTT, habilitadas en la comarca del Condado.

Los molinos del Tinto pueden verse desde las rutas de senderismo y BTT habilitadas en la comarca del Condado.

Es en esta comarca onubense, el Condado, donde se concentran la mayoría de estos molinos harineros. En el término municipal de Paterna del Campo, por ejemplo, podemos encontrar el molino del Cascajal. Hasta siete molinos más podemos encontrar en Niebla: el de Angorrilla, el de la Higuera, el de San Martín, el de la Loza, el del Puente, el del Cuervo y el más conocido: el de la Puerta del Buey, que regala al visitante la oportunidad de tomar instantáneas como estas con la muralla árabe de Niebla al fondo.

Molino de la Puerta del Buey, Niebla.

Molino de la Puerta del Buey, Niebla.

Pero, sin duda, los más reconocidos son los molinos de la localidad de Villarrasa. Allí encontramos hasta cinco molinos que son conocidos por la población con los nombres de La Vadera, de Juan Muñoz, de la Torre, de Centeno y de Gadea. Estos molinos son tan llamativos porque la piedra de la que están hechos se tiñe del color de las aguas del río: se tiñe de rojo. Una estampa, por tanto, que hace de esta zona un lugar sumamente característico y, como no, muy fotografiado.

Molinos de Villarrasa.

Molinos de Villarrasa.

Ahora que ya conoces la existencia de este tipo de arquitectura rural, prepara tu ruta por el Condado de Huelva y descubre estos molinos color Tinto.


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Ven a los Cantes de ida y vuelta y descubre nuestro patrimonio inmaterial

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Este fin de semana comienza un evento muy especial: el ciclo de actuaciones ‘Cantes de ida y vuelta’. Durante los próximos tres meses se celebrarán doce conciertos por distintos pueblos del Condado de Huelva, que recordarán la importancia de esta comarca en uno de los mayores acontecimientos de la Historia Universal, el Descubrimiento de América. Y es que este territorio atesora una rica cultura legada de este importantísimo hecho histórico. Una cultura que se refleja de forma más que evidente en la música.

Cartel Cantes de ida y vuelta

Es por esto que los Grupos de Desarrollo Rural de la provincia de Huelva hemos querido organizar este ciclo de actuaciones de ‘Cantes de ida y vuelta’: con el fin de conservar y poner en valor unas manifestaciones culturales fuertemente arraigadas en la comarca del Condado y, por extensión, en toda la provincia. Los cantes de ida vuelta, también conocidos como indianos o hispanoamericanos, surgieron como consecuencia del trasiego poblacional entre España y el continente americano. Desde siempre se ha pensado que los emigrantes españoles llevaron a América distintos estilos musicales que allí se transformaron y que, luego, con el regreso de los emigrantes o sus descendientes a España, se conformaron aquí los distintos palos que aún se conservan: la milonga, la vidala, el tango, la habanera o la rumba americana, entre otros. Es por esta creencia por lo que surge la expresión ‘de ida y vuelta’. Pero en realidad fue allí, en el Nuevo Mundo, donde aparecieron estos géneros musicales después de varios siglos de fusión entre las aportaciones musicales españolas y el folclore y la cultura indígena.

Con los últimos movimientos migratorios entre finales del siglo XVIII y del siglo XIX, estas formas musicales, según el gusto de cada época, se fueron aflamencando. De esta manera, en este ir y volver, surgieron las rumbas flamencas, las guajiras, las milongas y las vidalitas. Las colombianas, debido a su nombre y a su similitud con estos cantes, se incluyen entre ellos; pero este son sí que es una creación netamente española.

Según algunos especialistas, los cantes de ida y vuelta están situados fuera del árbol flamenco ya que su procedencia y su formación no se derivan de ninguna de las cuatro ramas de cantes básicos. Sí es verdad que, aunque son cantes gitanos, no tienen la jondura y profundidad de unas soleares o unas seguiriyas. Aún así, forman una parte fundamental del Arte Flamenco.

Ahora que ya sabes la teoría, no te pierdas la práctica y ven a alguno de los conciertos que se celebrarán en Villarrasa, Almonte, Hinojos, Paterna del Campo, Villalba del Alcor, Rociana, Manzanilla, Moguer, Escacena del Campo, Bonares, Chucena y Niebla. Este último concierto tendrá lugar el día 25 de abril y será Martirio quien cierre el ciclo de actuaciones en las tablas del patio del Castillo de los Guzmanes de Niebla.

Presentación del ciclo de conciertos 'Cantes de ida y vuelta' el pasado 10 de febrero en la Diputación de Huelva.

Presentación del ciclo de conciertos ‘Cantes de ida y vuelta’.


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El río Tinto rebosa vida. Conócelo.

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En el río Tinto no hay peces, ni vegetación, ni anfibios; pero ahora sabemos que rebosa vida.

Todos creían que las aguas del río Tinto estaban muertas. Era un río rojo, ácido y lleno de metales, que algunos incluso intentaban recuperar corrigiendo su química. Hasta que, a finales de los 80, un grupo de investigadores descubrieron una comunidad de microbios muy diversa. Posteriores estudios hicieron comprender que gran parte de su acidez estaba relacionada con la actividad de microorganismos (extremófilos) que obtenían su energía oxidando los sulfuros metálicos y generando una solución ácida con alta concentración en hierro oxidado. De ahí su color rojo.

Autor: José Mª Delgado Barba

Bella panorámica del cauce del río Tinto. Autor: José Mª Delgado Barba.

Las bacterias existentes en el río juegan un papel importante en el mantenimiento de las condiciones de acidez del mismo al metabolizar el hierro y el azufre presentes en la región. El alto contenido de hierro disuelto en las aguas ácidas del río le dan un color rojo profundo, como el del vino tinto. De ahí su nombre. Los científicos esperan encontrar bacterias similares en el subsuelo del río Tinto, donde el agua subterránea interactúa con minerales de hierro y azufre. Dichas bacterias podrían estar subsistiendo a base de compuestos químicos y minerales presentes bajo la superficie, sin ninguna interacción con el exterior.

El río discurre casi en su totalidad por la provincia de Huelva, al igual que todos sus arroyos, excepto los arroyos de Peñas Altas y el arroyo de Juan Antón, que nacen en el municipio hispalense de El Madroño, constituyendo en este tramo de Minas de Riotinto-El Madroño la linde provincial de Huelva con Sevilla. De norte -donde se sitúa su nacimiento- a sur -donde desemboca- el río atraviesa los municipios onubenses de Nerva, Minas de Riotinto, El Campillo, Zalamea la Real, Berrocal, Valverde del Camino, Paterna del Campo, Niebla, La Palma del Condado, Villarrasa, Bonares, Trigueros, Lucena del Puerto, San Juan del Puerto, Moguer, Palos de la Frontera y Huelva. Y ves, no tienes excusas para no venir a alguno de nuestros encantadores municipios a disfrutar del río Tinto, un río muy especial.


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