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Vive la Romería de la Bella

Si hay un evento que hace que el pueblo de Lepe se eche a la calle, ese es su romería: la Romería de la Bella, su fiesta por excelencia. Aquí, la Virgen de la Bella es acompañada por unos 30.000 romeros a pie, a caballo o en carruajes desde la Iglesia Santo Domingo de Guzmán hasta su ermita en el recinto romero del Terrón. Aquí en el Terrón la virgen permaneció durante cuatro siglos en el Convento de los Franciscanos hasta que en 1835 fue trasladada a Lepe para evitar su traslado definitivo al Monasterio de La Rábida. La virgen es trasladada en su carreta de alpaca plateada tirada por bueyes. Un espectáculo digno de admiración ya que todo el camino es una explosión de alegría, bailes, rezos, promesas, cantes y vítores.

Salida de la Virgen de la Bella.

Salida de la Virgen de la Bella de la Iglesia Santo Domingo de Guzmán.

Esta romería es considerada la tercera romería en importancia en número de visitantes de la provincia de Huelva, ya que la Hermandad de La Bella calcula que unas 100.000 personas participan en la festividad hasta el lunes por la madrugá.

El origen de esta fiesta data de 1966, cuando un grupo de jóvenes organizó para el día 8 de mayo una gira campestre al lugar conocido como «el cabezo de la Bella», un lugar aledaño a las ruinas del antiguo convento franciscano. Estas ruinas se conservan ahora en el centro del recinto romero. Renacía así la romería que, desde fines del siglo XV hasta 1835, se celebró en los terrenos colindantes al convento los días 14 y 15 de agosto, día de su festividad. Las fuertes lluvias en las romerías de 1968 y 1970 provocaron que, a partir del año siguiente, la celebración pasase a ser el segundo domingo de mayo.

Nuestra Señora de la Bella es la Patrona de Lepe y este municipio que cada año realiza dos fiestas en su honor: la romería y la salida procesional del 15 de agosto. La historia de esta imagen está relacionada con los monjes franciscanos que estaban establecidos en el Convento de San Francisco del Monte, en las cercanías de la Torre del Catalán. Posteriormente, los frailes se trasladaron a la ermita de Ntra. Sra. de los Remedios, donde construyeron un nuevo convento que, tras la aparición de la imagen mariana, se le nombró como Convento de Nuestra Señora de la Bella.

La leyenda sobre el hallazgo de la imagen la encontramos narrada por primera vez en un escrito del fraile del convento, Fernando de San José, en el año 1673. Esta leyenda dice así:

«El 15 de agosto, alrededor del año 1484, mientras paseaban los frailes por las orillas de El Terrón, una embarcación tripulada por tres marineros se paró junto a los frailes. Estos bajaron de la embarcación junto con una caja de madera y le rogaron a los frailes que la custodiasen en el convento hasta el momento en que pudiesen volver a por ella. Aceptaron tal tarea, y durante unos años estuvo guardada bajo la protección del cenobio; hasta que un día un fraile de la Orden Tercera de San Francisco pidió abrir la caja en presencia de todos los hermanos. Tras ser favorablemente resuelta su petición, se abrió la caja y apareció la Sagrada Imagen, y en ese instante todos exclamaron a la vez: ¡Oh, que Bella! ¡Es como la del cielo! Tras este acto, decidieron colocarla en el retablo mayor de su iglesia. Al ser extendida la noticia por toda la comarca, los fieles acudían ante la imagen para contemplarla y, a su vez, daban limosna para la construcción del convento, que en aquel momento las obras estaban paralizadas. Desde aquel suceso le quedó consagrado el título de Nstra. Sra. de la Bella…»

El  primer acto de la fiesta, que se celebra la primera noche antes de su partida a la ermita, es la Ofrenda de Flores, precedida de la salva de cohetes, donde la imagen es trasladada  hasta la puerta de la espadaña de la Iglesia de Santo Domingo y es agasajada por sus fieles con miles de ramos de flores.

Ofrenda de Flores.

Ofrenda de Flores.

Rodeando las viejas ruinas del convento se ha levantado una espléndida aldea romera, repleta de casetas y casas donde se dan cita y conviven vecinos y foráneos desde el sábado hasta el lunes en un ambiente de convivencia y siempre amenizado con los cantes y bailes. También se repiten las visitas y las muestras de cariño hacia la Virgen. El recinto se llena de alegría y de color con los trajes con los que se atavían las romeras. Las casetas populares se llenan de bailes y cantes, de buen comer y beber y de hospitalidad para con los visitantes.

Los romeros hacen el camino a pie, a caballo o en charré.

Los romeros hacen el camino a pie, a caballo o en charré.

 De vuelta, el lunes por la tarde, se inicia el camino de regreso hacia la Iglesia de Santo Domingo, donde la Virgen entra sobre la medianoche, a hombros de sus fieles entre vivas, olés y tambores. Allí permanecerá hasta el año que viene pero tú no tienes que esperar porque en tan sólo unas semanas podrás disfrutar de esta fiesta, una de las romerías más importantes de la provincia.


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Un acueducto desde Tejada hasta Itálica

La comarca del Condado de Huelva puede presumir de tener una rica y dilatada Historia. Lo vemos en monumentos como el acueducto de Paterna del Campo, que canalizaba el agua desde la aldea de Tejada -situada entre las actuales Paterna y Escacena del Campo- hasta la antigua ciudad de Itálica. Estos últimos días, este antiquísimo y valiosísimo canal romano ha saltado a la agenda informativa gracias a esta simpática noticia de la que nos hacemos eco. Evidentemente, no ha sido este chico quien ha destapado por primera vez este ramal del acueducto, pero seguro que se divirtió de lo lindo descubriendo nuestro rico patrimonio material. Tú también puedes sentirte como este niño y convertirte en un descubridor en nuestra tierra.

El acueducto de Paterna del Campo data del siglo I a.C. y hoy en día aún podemos admirar un tramo de esta canalización romana en el barrio de la ‘Colina Verde’ de este municipio condal.

Tramo del acueducto romano que puede visitarse en la localidad de Paterna del Campo.

Tramo del acueducto romano, visitable en la localidad de Paterna del Campo.

La única persona que ha recogido en unos relatos el recorrido completo del acueducto fue Fernando de Ceballos y Mier cuando el 31 de mayo de 1783 se desplazó hasta el Condado de Huelva para entender «cómo habían preferido las aguas de Tejada a las de la Sierra». Aquí descubrió que los emplazamientos arqueológicos de Tejada la Vieja y Tejada la Nueva y, por lo tanto, los modernos pueblos de Escacena del Campo, Paterna del Campo y Manzanilla se encuentran en un valle húmedo y fértil que contaba con numerosos manantiales. Es decir, se trataba de un valle de extrema vascularización hidráulica y privilegiado para todo tipo de cultivos. Esta potencia hidráulica en la zona del campo de Tejada fue lo que haría que surgieran los potentes asentamientos de Tejada la Vieja (s.VIII a.C.) y Tejada la Nueva (s. IV a.C.).

Aldea de Tejada la Nueva, en Paterna del Campo.

Restos del castillo de la aldea de Tejada la Nueva.

El conocido como ‘padre Ceballos’ cuenta que, desde Tejada hasta la muralla de Itálica, la construcción es igual en dimensiones, forma y materiales. Dice: «parece haberse hecho en un día de una misma mano». Pero sí que recoge que existió un tramo del acueducto que proseguía sobre arcos, en superficie, y otros tramos que discurrían de manera subterránea o a ras de suelo. Sin duda, esta excursión por el cauce del acueducto tuvo que ser increíblemente entretenida y, a la vez, productiva. ¿Te animas?


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¿Conoces las siete maravillas del Condado?

Los vecinos de la comarca condaleña eligieron las Siete Maravillas del Condado de Huelva entre un total de 53 candidaturas repartidas en monumentos, espacios naturales, edificios y otros recursos patrimoniales. Después de más de 3.000 votos, el Condado de Huelva decidió que sus siete maravillas fueran:

  1. El río Tinto
  2. Puente romano de Niebla
  3. Muralla de Niebla
  4. Aldea y santuario de El Rocío
  5. Castillo de Niebla
  6. Puente Gadea
  7. Marismas de Hinojos

El Tinto se impuso como el gran favorito de entre todos los candidatos. No es para menos, ya que se trata de un peculiar e impresionante río que cruza toda la comarca y supone una seña de identidad para los onubenses y los condaleños, que tienen el enorme privilegio de disfrutar del bello paisaje rural que regala el cauce de este río.

Río Tinto por el Condado.

En este trascurso del Tinto por el Condado se impone la segunda maravilla: el puente romano de Niebla, una construcción que se encuentra a la entrada de la población y que todavía muestra elementos romanos que se conservan de forma íntegra.

Puente romano de Niebla.

Si se habla de conservación y de Niebla, hay que hablar de la muralla, la tercera maravilla del Condado. Y es que se trata del recinto árabe amurallado más importante de Europa. Un total de 16 hectáreas entre muralla y torreones, con una altura máxima de 16 metros que hacen las delicias de todos los que se acercan a este municipio, origen de nuestra comarca.

Murallas de Niebla.

Por otro lado, la archiconocida aldea y santuario de El Rocío. Este espacio de inigualable valor natural en pleno Parque Nacional de Doñana ofrece unas vistas y unos paisajes de incomparable belleza. Un paraje natural ideal para la práctica de actividades ecuestres, y único para vivir el fervor religioso de su romería.

Santuario y aldea de El Rocío.

El Castillo de Niebla también se coló entre las siete maravillas del Condado. Esta fortificación, que se levanta en el interior de la muralla, es una muestra clara de la dilatada historia de la localidad iliplense, ya que sus orígenes son romanos pero conserva vestigios de todas las civilizaciones que pasaron por la comarca: visigodos, árabes y cristianos. Un crisol de culturas que, sin duda, supieron dejar su huella en las generaciones futuras.

Castillo de los Guzmanes de Niebla.

Otra de nuestras maravillas es el Puente Gadea, un referente en el paisaje del bello municipio de Villarrasa. Se trata de una construcción de 1935 de grandes dimensiones que se eleva sobre el río Tinto y permite cruzar de una margen a otra del río, definiendo dos unidades paisajísticas distintas pero complementarias que hacen de este entorno un lugar ideal para la práctica de la fotografía.

Puente Gadea. Villarrasa.

Y, por último, las marismas de Hinojos también se convirtieron en una de las maravillas del Condado de Huelva. Este lugar se encuentra en pleno Parque Nacional de Doñana y destaca por su biodiversidad y sus paisajes dignos de admiración. Por aquí pasan cada año ciento de miles de aves migratorias, constituyendo así uno de los espacios más preciados para el turismo ornitológico de la provincia, de Andalucía, de España y del resto de Europa.

Marismas de Hinojos.

Las siete maravillas del Condado de Huelva suponen sólo una muestra de la cantidad y calidad de los bellos recursos patrimoniales que se concentran en esta comarca. Unos lugares que debemos aprender a valorar como lo que son: auténticas maravillas.


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