Peña Arias Montano, un lugar con magia
La Peña Arias Montano, en Alájar, es uno de esos lugares místicos. No sólo porque allí se venera a la Reina de los Ángeles, también por la belleza del entorno, por la naturaleza, por las vistas… Es un lugar con algo más que lo hace único e imprescindible.
La Peña, geológicamente hablando, es un lugar formado por un enorme batolito que forma una especie de meseta (736 m. de altitud) sobre el valle. En las entrañas de la peña, el agua ha ido formando un conjunto de concavidades revestidas de estalactitas y estalagmitas, de lagos y de rocas con las formas más dispares. Cuevas como El palacio oscuro, La fuente, La sillita del rey o El salón de los machos testimonian la hermosura subterránea del lugar.
La figura de Arias Montano, teólogo preceptor de Felipe II y miembro honorable de la corte, está ligada a la Peña hasta el punto de llevar su nombre. Él intentó recrear en la Peña la visión que los artistas flamencos tenían del retiro de San Jerónimo, figura muy seguida en la Europa del siglo XVI. En el recinto hay elementos anteriores, contemporáneos y posteriores al erudito. Así, se puede contemplar una cueva, horadando la piedra, donde se ubican la fuente y el pilar, cuya estructura data de 1771. Al final de un umbrío pasillo cubierto de árboles se alza un arco románico labrado en la misma toba de la que está constituido el monte de la peña y, como un viejo pórtico, da entrada al santuario, que en la actualidad se encuentra muy restaurado.
En el lado sur de la «meseta», al borde del abismo, se alzan el campanario y dos garitas adyacentes que en el año 1700 construyó el alarife Juan Martín-Carnes. En los flancos de dichas garitas tuvieron su emplazamiento dos pirámides de mampostería, mandadas a construir por Arias Montano en el siglo XVI para perpetuar la memoria de la visita que le hizo Felipe II. Actualmente sólo se conserva un túmulo, reconstruido, junto a una de las garitas, con una lápida que recuerda la visita real. La presencia de tales testimonios a lo largo del tiempo pone de relieve ese carácter de profunda atracción que siempre ha supuesto la Peña de Alájar.
En La Peña, cada 8 de septiembre, se celebra la romería de la Reina de los Ángeles. La devoción a esta imagen se extiende por toda la comarca, además de por la provincia de Huelva, Sevilla, Badajoz y Portugal. Una de las peculiaridades de esta romería es el mercado artesanal, en el que destaca la cerámica. Según un documento del año 1807, ya existían 150 puestos, de los que cien procedían de distintos puntos de la provincia.
Te aconsejamos que detengas tu paso y descubras La Peña. Déjate llevar por lo que ella transmite.