Niebla: origen del Condado
Hablar de Niebla es hablar de toda la provincia de Huelva ya que fue un destacado enclave en periodos determinantes para nuestra historia. Sus inicios se remontan hasta los comienzos de la Edad del Hierro, tal como constatan los restos neolíticos y las necrópolis dolménicas que se han encontrado en sus alrededores. Aquí se asentaron distintos pueblos, por lo que la ciudad ha recibido numerosos nombres: Ilípula para los tartessos, Ilipla para los romanos, Elepla para los visigodos, Lebla para los musulmanes y Niebla para los castellanos. Su extensión, por tanto, ha variado a lo largo de los años, llegando incluso hasta el Algarve portugués durante el reinado de Ibn Mahfuz a comienzos del siglo XI.
Niebla se puede considerar la capital histórico-cultural de esta zona peninsular, por lo que atesora un rico patrimonio que ha heredado de las distintas culturas que pasaron por estas tierras a lo largo de los siglos. Y es que contaba con una fácil comunicación gracias al río Tinto, que en época fenicia era navegable hasta las mismas puertas de la ciudad. Además, durante la época romana pasaba por Niebla la calzada que unía la desembocadura del río Guadiana con Itálica, lo que le otorgaba una situación privilegiada para su economía, política y administración. También cabe destacar que fue en esta ciudad donde se utilizó por primera vez en Europa la pólvora con fines bélicos. Fue en 1262 durante un asedio de nueve meses con el que Alfonso X el Sabio conquistó y sometió a la ciudad. Y ya en 1369 pasó a convertirse en el Condado de Niebla a favor de la Casa de los Guzmanes, lo que marcó el inicio de su segunda etapa dorada y el origen de la actual comarca del Condado onubense.
Niebla es una ciudad museo. No en vano, toda la villa intramuros fue declarada conjunto histórico monumental hace ahora 33 años. De su pasado romano destaca el puente sobre el río Tinto, una construcción que se encuentra a la entrada de la población y que todavía muestra elementos romanos que se conservan de forma íntegra. De su etapa árabe destacan, por encima de todo, las imponentes murallas que encierran por completo la ciudad; unas murallas almohades de origen tartésico que constituyen el mayor y mejor conservado recinto árabe amurallado de Europa. Bien conservadas se encuentran también sus puertas (de Sevilla, Embarcadero, Agua, Buey, Socorro y Agujero) y la mezquita, convertida en la iglesia de Santa María de la Granada, donde aún se observa perfectamente su alminar, el patio de las abluciones y unos hermosos arcos entre una interesantístima muestra de estilo gótico-mudéjar.
De época cristiana también se conserva la Iglesia de San Martín, construida sobre una sinagoga; y el Castillo de los Guzmanes, edificado sobre la antigua alcazaba árabe después de la Reconquista. Es en este entorno donde se celebra cada verano el Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla.
Ya lo sabes, para descubrir Huelva tienes que pasar por Niebla, una ciudad con historia que te sorprenderá.