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Cuatro rutas para conocer el pasado y el presente de la Sierra

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La Sierra de Aracena y Picos de Aroche ha sido una zona poblada desde tiempos remotos. Te animamos a conocer los principales yacimientos arqueológicos de nuestra comarca, comenzando por Aracena. En el término municipal de esta localidad encontrarás los restos de la necrópolis y poblado de «El Castañuelo», datado en torno al II milenio a.C. en su estrato más meridional y alrededor del s. V a.C. en los más recientes. Estas necrópolis pertenecen a tribus celtas, cercanas al subgrupo de los Lusitanos.

Poblado y necrópolis del Castañuelo.

Poblado y necrópolis de El Castañuelo. Fuente: Banco de imágenes del IAPH.

Pero los primeros serranos que dejaron su huella en la comarca lo hacen en la primera mitad del IV milenio a. C., en el Neolítico Medio. De este periodo se encuentran vestigios en la Cueva de la Mora (Jabugo), que fue habitada hasta el II milenio. Para visitar este yacimiento, situado a pocos kilómetros del casco urbano de Jabugo, deberás solicitar permiso en el ayuntamiento. A través de esta cueva los arqueólogos pueden estimar los diferentes aspectos de la vida del hombre: lugar de hábitat, necrópolis, rituales funerarios, manifestaciones artísticas, modelos de explotación de los recursos naturales… La cueva posee dos salas: la primera de bóveda y la segunda de menor tamaño e incidencia antropológica. La comunicación entre las dos salas se realiza mediante una gatera de poca altura. Hasta el momento, esta cavidad supone el único testimonio de ocupación neolítica de la comarca y el único en cueva de la provincia. La presencia de un hueso grabado que se encontró en esta cavidad, que está siendo objeto de estudio en el Museo Arqueológico de Huelva, podría marcar el inicio del asentamiento de la Cueva de la Mora en la etapa Magdaleniense del Paleolítico.

Continuando la senda este-oeste llegarás a Aroche. En este municipio serrano podrás visitar la Exposición Municipal de Arqueología de La Cilla. Y a dos kilómetros del pueblo, en el paraje conocido como Llanos de la Belleza, descansan los restos de la ciudad romana de Turobriga, la más importante de la provincia. Fue fundada en el siglo I d.C., siendo emperador Nerón, en la zona conocida por los romanos como Beturia. El origen de la “ciuitate” podría estar en los conflictos existentes en la zona con los lusitanos, o como punto de vigilancia de la vecina Cuenca Minera. El desarrollo de Turobriga llega en tiempos de los Flavios y con Adriano alcanza su mayor esplendor, ocurriendo su decadencia y abandono en el siglo III d.C. con los Severos. Desde entonces la ciudad es utilizada como cantera hasta fines del siglo XX. La extensión total del yacimiento es desconocida pero se calcula que puede ser de diez o doce hectáreas. Actualmente sólo se ha intervenido en cuatro zonas: el Foro, las Termas, el Área domestico-artesanal y el Campo de Marte.

Puedes hacer una última parada en La Posada del Abad, un pequeño cromlech o dolmen -los historiadores no se ponen de acuerdo- a orillas del valle del Chanza, a pocos kilómetros de Rosal de la Frontera. Este conjunto Megalítico, datado en la Edad de Cobre, entorno al III milenio a. C, está formado por un pequeño círculo, dos grandes menhires de pizarra negra y tres grandes piedras, dos de granito y una de pizarra. Aquí, en medio de este valle, los primeros serranos se detuvieron para invocar a las diosas. En este valle te recomendamos detenerte para intentar captar la esencia de la Antigüedad, la belleza de un paisaje, en cierta forma humanizado desde aquel momento, la Edad de Cobre, y honrado por estar lleno de vida, donde la línea del horizonte se encuentra distante, por lo que la vista puede recrearse. Al contemplarlo comprenderás que resultaría muy extraño que en este lugar no existiera un lugar de culto hacia las diosas madres.

Posada del Abad. Autor: Luis Carlos Romero Bomba.

Posada del Abad. Autor: Luis Carlos Romero Bomba.

Estas son varias muestras de la presencia de civilizaciones antiguas en la Sierra, pero no son las únicas. Esta comarca está sembrada de historia que puedes encontrar al pasear por las diferentes poblaciones. Aquí verás las señales del pasado más remoto presentes hoy en fachadas, plazas, calles… Búscalas.


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Conjuntos históricos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (I)

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La Sierra es un Conjunto Histórico por sí mismo. Al visitar las localidades serranas disfrutaremos de sus casas, sus plazas, sus iglesias, sus castillos, sus calles, sus puentes y todo su entorno natural. La fisionomía de las poblaciones de la Sierra tiene un carácter propio que las hace claramente definibles. La agrupación de los diferentes bienes inmuebles que forman estas localidades, condicionados por la orografía y por la evolución de sus poblaciones, son testimonios de su cultura y constituyen un valor de uso y disfrute para su población.

Cortegana. Autor: Julián López Pastor.

Cortegana. Autor: Julián López Pastor.

Las características de los pueblos serranos en términos generales son:

La adaptación a la orografía del terreno. Pequeñas montañas y valles definirán el entramado urbano. Calles que se adaptan a las curvas de desnivel y que otorgan a los pueblos un carácter continuista con respecto a la naturaleza que les rodea.

El caserío se define por parcelas con viviendas de poca altura pero con soberado, con fachadas blancas de cal y tejados a dos o tres aguas, cubiertos por tejas árabes, con pequeños vanos. Dentro de estas parcelas también son importantes las zonas no destinadas a viviendas como los patios o corrales.

Calles de Hinojales.

Calles de Hinojales.

Este caserío suele estar salpicado por algunos elementos monumentales, con alguna vivienda señorial y sobre los que suelen destacar la iglesia y el castillo, en caso de que lo tengan. Referente a los espacios públicos destacan sus calles empedradas, los lavaderos y fuentes y sus plazas.

Otro elemento importantísimo de los pueblos de la Sierra es el ruedo o contorno del municipio. Se trata de pequeñas propiedades que en épocas pasadas surtían de alimentos a la localidad, por ello es normal que sean huertas, huertos de frutales, olivares… En definitiva, elementos que aseguraban la vida en las poblaciones.

Estas características las podemos ver en los veintinueve pueblos de la comarca, excepto en Rosal de la Frontera que, al ser el pueblo más joven de la comarca, su trama urbana responde a una población de tipo reticular, propia del momento en el que se fundó. El resto de municipios serranos tienen su origen en la Edad Media, bien en periodo de dominación musulmana (casos de Aroche o Zufre) o de periodo de dominación cristiana, que son la mayoría.

Vista urbana de Aroche en la que destaca su fortaleza. Autor: Diego Ríos.

Vista urbana de Aroche en la que destaca su fortaleza. Autor: Diego Ríos.

También será importante en la evolución de los conjuntos históricos el desarrollo socio-económico de las poblaciones: más agrícola, como Hinojales; o más industrial, como sucede en Jabugo o en Cumbres Mayores.

Te invitamos a visitar los pueblos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche e intentes comprender su devenir a lo largo de los tiempos, simplemente disfrutando de sus Conjuntos Históricos. Ven a la Sierra, te esperamos.


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