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Un acueducto desde Tejada hasta Itálica

La comarca del Condado de Huelva puede presumir de tener una rica y dilatada Historia. Lo vemos en monumentos como el acueducto de Paterna del Campo, que canalizaba el agua desde la aldea de Tejada -situada entre las actuales Paterna y Escacena del Campo- hasta la antigua ciudad de Itálica. Estos últimos días, este antiquísimo y valiosísimo canal romano ha saltado a la agenda informativa gracias a esta simpática noticia de la que nos hacemos eco. Evidentemente, no ha sido este chico quien ha destapado por primera vez este ramal del acueducto, pero seguro que se divirtió de lo lindo descubriendo nuestro rico patrimonio material. Tú también puedes sentirte como este niño y convertirte en un descubridor en nuestra tierra.

El acueducto de Paterna del Campo data del siglo I a.C. y hoy en día aún podemos admirar un tramo de esta canalización romana en el barrio de la ‘Colina Verde’ de este municipio condal.

Tramo del acueducto romano que puede visitarse en la localidad de Paterna del Campo.

Tramo del acueducto romano, visitable en la localidad de Paterna del Campo.

La única persona que ha recogido en unos relatos el recorrido completo del acueducto fue Fernando de Ceballos y Mier cuando el 31 de mayo de 1783 se desplazó hasta el Condado de Huelva para entender «cómo habían preferido las aguas de Tejada a las de la Sierra». Aquí descubrió que los emplazamientos arqueológicos de Tejada la Vieja y Tejada la Nueva y, por lo tanto, los modernos pueblos de Escacena del Campo, Paterna del Campo y Manzanilla se encuentran en un valle húmedo y fértil que contaba con numerosos manantiales. Es decir, se trataba de un valle de extrema vascularización hidráulica y privilegiado para todo tipo de cultivos. Esta potencia hidráulica en la zona del campo de Tejada fue lo que haría que surgieran los potentes asentamientos de Tejada la Vieja (s.VIII a.C.) y Tejada la Nueva (s. IV a.C.).

Aldea de Tejada la Nueva, en Paterna del Campo.

Restos del castillo de la aldea de Tejada la Nueva.

El conocido como ‘padre Ceballos’ cuenta que, desde Tejada hasta la muralla de Itálica, la construcción es igual en dimensiones, forma y materiales. Dice: «parece haberse hecho en un día de una misma mano». Pero sí que recoge que existió un tramo del acueducto que proseguía sobre arcos, en superficie, y otros tramos que discurrían de manera subterránea o a ras de suelo. Sin duda, esta excursión por el cauce del acueducto tuvo que ser increíblemente entretenida y, a la vez, productiva. ¿Te animas?


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Cuatro rutas para conocer el pasado y el presente de la Sierra

La Sierra de Aracena y Picos de Aroche ha sido una zona poblada desde tiempos remotos. Te animamos a conocer los principales yacimientos arqueológicos de nuestra comarca, comenzando por Aracena. En el término municipal de esta localidad encontrarás los restos de la necrópolis y poblado de «El Castañuelo», datado en torno al II milenio a.C. en su estrato más meridional y alrededor del s. V a.C. en los más recientes. Estas necrópolis pertenecen a tribus celtas, cercanas al subgrupo de los Lusitanos.

Poblado y necrópolis del Castañuelo.

Poblado y necrópolis de El Castañuelo. Fuente: Banco de imágenes del IAPH.

Pero los primeros serranos que dejaron su huella en la comarca lo hacen en la primera mitad del IV milenio a. C., en el Neolítico Medio. De este periodo se encuentran vestigios en la Cueva de la Mora (Jabugo), que fue habitada hasta el II milenio. Para visitar este yacimiento, situado a pocos kilómetros del casco urbano de Jabugo, deberás solicitar permiso en el ayuntamiento. A través de esta cueva los arqueólogos pueden estimar los diferentes aspectos de la vida del hombre: lugar de hábitat, necrópolis, rituales funerarios, manifestaciones artísticas, modelos de explotación de los recursos naturales… La cueva posee dos salas: la primera de bóveda y la segunda de menor tamaño e incidencia antropológica. La comunicación entre las dos salas se realiza mediante una gatera de poca altura. Hasta el momento, esta cavidad supone el único testimonio de ocupación neolítica de la comarca y el único en cueva de la provincia. La presencia de un hueso grabado que se encontró en esta cavidad, que está siendo objeto de estudio en el Museo Arqueológico de Huelva, podría marcar el inicio del asentamiento de la Cueva de la Mora en la etapa Magdaleniense del Paleolítico.

Continuando la senda este-oeste llegarás a Aroche. En este municipio serrano podrás visitar la Exposición Municipal de Arqueología de La Cilla. Y a dos kilómetros del pueblo, en el paraje conocido como Llanos de la Belleza, descansan los restos de la ciudad romana de Turobriga, la más importante de la provincia. Fue fundada en el siglo I d.C., siendo emperador Nerón, en la zona conocida por los romanos como Beturia. El origen de la “ciuitate” podría estar en los conflictos existentes en la zona con los lusitanos, o como punto de vigilancia de la vecina Cuenca Minera. El desarrollo de Turobriga llega en tiempos de los Flavios y con Adriano alcanza su mayor esplendor, ocurriendo su decadencia y abandono en el siglo III d.C. con los Severos. Desde entonces la ciudad es utilizada como cantera hasta fines del siglo XX. La extensión total del yacimiento es desconocida pero se calcula que puede ser de diez o doce hectáreas. Actualmente sólo se ha intervenido en cuatro zonas: el Foro, las Termas, el Área domestico-artesanal y el Campo de Marte.

Puedes hacer una última parada en La Posada del Abad, un pequeño cromlech o dolmen -los historiadores no se ponen de acuerdo- a orillas del valle del Chanza, a pocos kilómetros de Rosal de la Frontera. Este conjunto Megalítico, datado en la Edad de Cobre, entorno al III milenio a. C, está formado por un pequeño círculo, dos grandes menhires de pizarra negra y tres grandes piedras, dos de granito y una de pizarra. Aquí, en medio de este valle, los primeros serranos se detuvieron para invocar a las diosas. En este valle te recomendamos detenerte para intentar captar la esencia de la Antigüedad, la belleza de un paisaje, en cierta forma humanizado desde aquel momento, la Edad de Cobre, y honrado por estar lleno de vida, donde la línea del horizonte se encuentra distante, por lo que la vista puede recrearse. Al contemplarlo comprenderás que resultaría muy extraño que en este lugar no existiera un lugar de culto hacia las diosas madres.

Posada del Abad. Autor: Luis Carlos Romero Bomba.

Posada del Abad. Autor: Luis Carlos Romero Bomba.

Estas son varias muestras de la presencia de civilizaciones antiguas en la Sierra, pero no son las únicas. Esta comarca está sembrada de historia que puedes encontrar al pasear por las diferentes poblaciones. Aquí verás las señales del pasado más remoto presentes hoy en fachadas, plazas, calles… Búscalas.


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Turóbriga, el único yacimiento arqueológico romano visitable de Huelva

En Aroche encontramos el yacimiento arqueológico romano de Turóbriga, una ciudad del siglo I d.C. que se ubica en la zona conocida como los Llanos de la Belleza. Además de esta ciudad romana, también podrás disfrutar de la ermita de San Pedro de la Zarza, más conocida como ermita de San Mamés, por ser allí donde se celebra, cada mes de mayo, una romería dedicada a este santo. Su nombre hace honor a su belleza, ya que se trata de un valle realmente hermoso entre el curso del río Chanza y Los Picos de Aroche al norte y el municipio de Aroche al sur. Resulta fácil entender que se quiera vivir aquí.

Quizás eso pensaron los fundadores de la ciudad romana de Turóbriga, único yacimiento arqueológico romano visitable de toda la provincia onubense e imprescindible para entender la romanización de estas sierras. Adentrándonos en la historia, la fundación de esta ciudad data de mediados del siglo I, siendo el emperador Nerón, y responde al interés por controlar un espacio fronterizo convulso, debido a su participación en las rebeliones Lusitanas y en la guerra de insumisión sertorianas, al que se desplazaron ciudadanos latinos para conseguir una rápida romanización y así proteger la zona de la Cuenca Minera.

Excavaciones de  una casa de Turóbriga.

Excavaciones de una casa de Turóbriga.

En el siglo III, la ciudad se abandona definitivamente, sirviendo de cantera de materiales para todas las construcciones cercanas. Las dimensiones de Turóbriga pueden alcanzar las 10-12 hectáreas, donde destacan el foro o plaza pública, las termas, parte de una vivienda “la casa de la Columna” y el Campus. Dentro del foro se conservan restos del templo, la curia o el espacio porticado de la plaza. En las termas o baños de la ciudad se han documentado cuatro piscinas, canalizaciones de desagüe y salas anexas a los baños.

Por su parte, la ermita de San Pedro de la Zarza es de una época bastante posterior. Abandonada la ciudad romana, otros pueblos pasaron a dominar este valle: visigodos, musulmanes, portugueses y hasta llegar a los castellanos, a finales del siglo XIII. En esta época se construye sobre la antigua basílica romana una ermita de las denominadas de repoblación. Es de planta basilical con tres naves separadas por arcos apuntados enmarcados sobre alfiz y presbiterio con bóveda nervada gótica, todo ello de gran valor artístico, en la que destacan los frescos del siglo XIV-XV.

Foro de Turóbriga  y ermita de San Pedro de la Zarza.

Foro de Turóbriga y ermita de San Pedro de la Zarza.

Tras la última parada en la ermita, se termina la visita del yacimiento arqueológico situado en los Llanos de la Belleza pero podrá ir a la Exposición Municipal Arqueológica de La Cilla, en el municipio de Aroche, y profundizar en los conocimientos de la historia del lugar. La Sierra es naturaleza y mucho más.


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